martes, 6 de mayo de 2014

Ampliación el Centro de Salud de Jicamarca

CentroSaludLIMA (PERÚ) Hace dos años, la Fundación con una subvención del Ayuntamiento de Alcobendas construyó un centro de salud. Se benefician de este servicio unas 500 familias directamente y unas 2.500 de forma indirecta. Debido a la gran demanda de atención, se hizo necesario ampliar este centro para dar atención a más población. En 2008, con una nueva ayuda del Ayuntamiento de Alcobendas se completa el segundo piso del centro que actualmente ha ampliado tanto los servicios como el número de personas que son atendidas.

También se ha conseguido un equipo de salud como ente orgánico de la comunidad que tiene una participación decidida en el programa. Los animadores o promotores de salud participan como entes con formación técnica en la orientación, en la prevención de problemas de salud y, además, asistencia paramédica. La dirigencia comunal central, también participa apoyando y facilitando la labor del equipo de salud y de los animadores de salud.

lunes, 5 de mayo de 2014

Permite una colocación más precisa y más seguridad en la intervención, a costa de un precio más elevado

El Servicio de Hemodinámica de la Policlínica Guipúzcoa realizó el pasado miércoles 23 de abril el primer implante en España de una válvula aórtica cardiaca «reposicionable». Según explica el Jefe del Servicio de Hemodinámica de Policlínica Guipúzcoa, el doctor Mariano Larman, la peculiaridad de esta válvula es que puede moverse hasta la posición adecuada después de una primera implantación.
«Estas válvulas –continúa el doctor– tienen la ventaja de que pueden ser recuperables en cualquier momento del procedimiento. Esto hasta ahora no era posible y, como médico, nos aporta mucha más seguridad en el momento de la implantación. Esta es su principal ventaja».
Pero no todo son ventajas: mientras que una válvula aórtica convencional cuesta alrededor de 4.500 euros, una de las nuevas puede llegar a los 20.000 euros. Pero, según Mariano Larman: «El futuro ya está aquí. Cuando se abaraten, no habrá operaciones por vía normal».

Avance para tratar la estenosis

Este nuevo procedimiento supone un avance en la cirugía encaminada a tratar la estenosis aórtica, estrechamiento de las arterias y de la válvula aórtica con motivo de la edad u otros factores, en el caso de los pacientes en los que es arriesgado realizar una cirugía abierta. Hasta el momento, como única alternativa a la operación a corazón abierto solo existían las llamadas válvulas aórticas percutáneas, que no permiten la recolocación.
Aunque hay varios factores implicados, la edad es esencial en la aparición de la estenosis aórtica: «No tenemos pacientes de menos de 70 años». Según explica Larman, este síndrome conlleva el endurecimiento de las arterias y de las válvulas cardiacas. «Las válvulas se calcifican y el orificio de salida reduce su tamaño, así que aumenta la presión sanguínea en el interior del corazón y este comienza a fallar». En algunos casos, el endurecimiento de la válvula provoca que las valvas no se cierren correctamente, y que la sangre retorne al corazón, en un proceso conocido como insuficiencia aórtica.

Intervención a través de la ingle

Las válvulas percutáneas, ya sean reposicionables o no, se introducen en el corazón mediante una incisión en la arteria femoral, en la ingle, para introducir un catéter que lleva incorporada la válvula.
El proceso de colocación se monitoriza a través de Rayos X y después se comprueban los resultados por medio de ecografías. Se trata de un trabajo de precisión: las nuevas válvulas tienen una altura de apenas 80 milímetros, y una vez colocadas en la posición adecuada, un resorte las pliega y pasan a medir 19 milímetros.
Al final de la implantación se produce el anclaje de unas valvas de pericardio bovino, a imagen y semejanza de la válvula aórtica natural. Aunque no existe riesgo de rechazo, «estas valvas están tratadas para evitar problemas de calcificación y que puedan durar millones y millones de ciclos de latidos».

Los dos primeros pacientes

Según explica Mariano Larman, el primer paciente ha sido un hombre de 85 años «que padecía una estenosis aórtica severa» y que presentaba una válvula aórtica muy cerrada, por lo que era necesario cambiársela y evitar la cirugía, porque «en su caso tenía un riesgo alto, por su edad».
La técnica se ha usado además con una mujer de 76 años. En apenas dos horas ambos pacientes fueron trasladados a la UCI y en cuatro días recibieron el alta hospitalaria. «La mejoría que refieren los pacientes es muy rápida y la notan enseguida, en las primeras veinticuatro horas», afirma Mariano Larman.